Cuando nos planteamos esta obra -la quinta de nuestra primera trilogía- nos pusimos como principal objetivo, como siempre, provocar sonrisas y desencadenar las risas con unos sketches independientes que revelasen los puntos débiles del comportamiento humano.

Después de los primeros ensayos, descubrimos que todo el material con el que trabajábamos era susceptible de ser tratado como una telecomedia. Era una apuesta arriesgada porque, si ya es complicado dramatizar noventa minutos sin hablar, es de locos querer plasmar en teatro un formato de TV caracterizado por los diálogos trepidantes. Pero lo hicimos, nos gusta el riesgo.

El resultado es Entretrés, una tele comedia compuesta de cinco episodios, protagonizada por tres artistas muy incomprendidos que comparten un apartamento de dimensiones reducidas.