La Generala es una comedia de enredo con personajes bien definidos y unos diálogos dinámicos que, a veces, parecen sacados de una buena comedia de situación. Tiene además, y eso siempre es un valor añadido, el momento de amor entrañable que toca la fibra sensible del respetable sin ñoñerías.

No nos olvidamos de las canciones: sin ser una de las zarzuelas conocidas principalmente por su partitura, tiene números muy pegadizos y el conjunto es elegante y fresco. En definitiva, el material perfecto como punto de partida para crear un buen espectáculo. Una de nuestras madres nos decía: “deberíais montar La Generala, es alegre y divertidísima…” y añadía “ la gente salía cantando y tarareando sus canciones…”

La Generala, estrenada en el Gran Teatro de Madrid el 14 de junio de 1912, con música de Amadeo Vives y libreto de Perrín y Palacios, es una zarzuela en la que puedes encontrar cierto paralelismo con las monarquías actuales, ocupadas y preocupadas en encontrar el consorte ideal para sus príncipes solteros. Tiene una estructura de vodevil donde podremos acentuar el tono cómico que ya tiene.